Según una encuesta hecha entre 270 generales israelíes retirados, la respuesta a la interrogante que encabeza esta columna es afirmativa. No obstante, en el artículo “Un primer paso hacia la paz” (The New York Times, 2 de mayo de 2017), escrito por Charles R. Bronfman y Susie Gelman, se llega a la conclusión de que en las condiciones actuales no se puede conseguir un acuerdo entre israelíes y palestinos. Sin embargo, se concluye que ambos deben trabajar y crear el escenario para que, finalmente, se pueda llegar a tal acuerdo.

Escribo esto en vísperas de la reunión que sostendrían ayer, miércoles, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y lo más probable es que apoyen llamar a nuevas conversaciones, pero –en mi opinión– estas fracasarán y se volverá al mismo ciclo de frustración y desconfianza.

Los generales citados al inicio proponen que, poco a poco, se elabore un acuerdo interino que desemboque en la creación de dos Estados: uno israelí y otro palestino. En un principio los asentamientos se quedarían en donde están. Los israelíes reconocerían que el 92% de las tierras, al este de Israel, se incluyan en un futuro Estado palestino. Las fuerzas de defensa israelíes permitirían que unos 700 mil palestinos, ahora bajo control israelí, pasen a una administración civil palestina. Esto crearía un ambiente de confianza mutua y respeto. ¿En qué se traducirían estas medidas? Para los israelíes, así mermarían los focos de terrorismo. Para los palestinos, se obtendría control de una parte de su población.

Como se ve, son medidas que ayudarían, de una vez por todas, a conseguir la anhelada paz. Además, Israel debe ser recompensada con el reconocimiento por parte de los países árabes moderados.

Esta semana, Hamas, que controla la franja de Gaza, dio a conocer una posición menos extremista al anunciar que se conformaría con un Estado palestino que reconozca los límites previos a 1967, Pero no renunció a la violencia ni reconoció el Estado de Israel. No hay que dejarse engañar. Sigue siendo una organización terrorista que, tal vez, cambie de táctica, pero al final es más de lo mismo.

EZRA HOMSANY

04 DE MAYO 2017