Corría el año 1989 en Panamá, y tras dos años de crisis institucional, muchos nos preguntábamos si habría una intervención de Estados Unidos para erradicar el régimen de Manuel A. Noriega. Casualmente, ayer el diario The New York Times dio gran despliegue al fallecimiento del general. Y es irónico que también apareciera un escrito firmado por el abogado Jared Genser, titulado: “Venezuela necesita una intervención internacional ahora”, en el que se alega que ya hay más de 50 muertos, mil heridos y 2 mil 700 arrestados, y que la comunidad internacional tiene la obligación de responder, urgentemente, a la crisis económica y humanitaria de la población.
Las estadísticas son alarmantes: la mortalidad materna ha subido un 65%; los hospitales carecen del 98% de las medicinas requeridas y los casos de difteria y malaria –enfermedades que ya habían sido erradicadas– aumentaron un 70%.
Hablar de intervención es fácil, lo difícil es cómo realizarla. Para esto, lo primero que propone Genser es que la Organización de Naciones Unidas (ONU) nombre a un coordinador que se dedique al caso venezolano. Segundo, que a la ONU se le permita identificar los flagelos que afectan al pueblo y tercero, exigirle al gobierno de Nicolás Maduro que le permita a las agencias internacionales distribuir ayuda, según las necesidades de la población.
En 2005, Venezuela fue uno de los Estados firmantes del protocolo adoptado por la ONU, llamado “Responsabilidad para proteger”, en el que se declaró la obligación que tiene cada Estado de proteger a sus ciudadanos ante posibles atrocidades, incluyendo crímenes contra la humanidad. Genser propone que la Organización de Estados Americanos se preocupe por el problema político, mientras que la ONU se ocupe del problema humano.
Venezuela también es miembro de la Corte Penal Internacional, esto la obliga a evitar los crímenes contra los ciudadanos.
En lo personal, me siento pesimista y no creo que se concrete alguna intervención internacional en la tragedia venezolana. El gobierno de Maduro no ha aceptado, hasta ahora, las sugerencias de estas entidades, porque hacerlo sería admitir la grave crisis humanitaria que sufre el pueblo, de la que su gobierno culpa al imperialismo estadounidense. Si no lo ha hecho hasta ahora, ¿por qué lo haría en el futuro?
Desgraciadamente, el caso venezolano no representa una amenaza estratégica para Estados Unidos, como lo era Panamá; por esto, pienso que el día en que el régimen chavista caiga será por las acciones internas. Mientras tanto, la crisis humanitaria continuará.
EZRA HOMSANY
31 DE MAYO 2017