No cabe dudas que estamos ante una guerra contra el coronavirus. Solo faltan los uniformes(si no contamos las mascarillas, y algunos hasta con guantes). Así lo han enunciado en algunas ocasiones varios presidentes como el de Francia y también el nuestro,Nito Cortizo. Una contienda que se compone de escaramuzas y en la que, por largo tiempo, no se vislumbra una victoria absoluta.
Hace milenios Sun Tzu escribió en su tratado El Arte de la Guerra que en todo enfrentamiento se despliegan la fuerza normal y la fuerza extraordinaria. La fuerza normal (cheng) distrae y detiene al enemigo. La fuerza extraordinaria(Ch’i) es la que entra en acción en el momento y lugar menos esperado. O como escribiera Clausewitz en su obra De la Guerra, en la que la describe como “el Reino de la incertidumbre”, tres cuartas partes de los factores sobre los cuales se basa la acción en la guerra estan ocultos en una niebla de mayor o menor incertidumbre.
Se requiere un juicio sensible y discriminatorio, una inteligencia hábil para percibir la verdad. Ya las bajas superan los 22,000 y el Rt aumentó a 1.58. Parece que hablamos del libro del profeta Joel en la Biblia en el que: “Dijo Dios, así que voy a restaurarte los años que el enjambre de langostas han comido”.
Pero me parece a mi que hemos dejado que esta pandemia se apodere de todas las facetas de nuestra vida. O explicado en otras palabras, hemos cedido la iniciativa. El país esta sumido como en un sopor, un letargo, y creanme, los días, semanas y meses van pasando…, y si no nos lo sacudimos, podemos estar en este estado por muchas semanas más. Como en toda guerra, el aspecto psicológico es tan importante como el logístico. Y es por eso que en mi humilde opinión, el gobierno no debe dejarse esclavizar ante los vaivenes de las estadísticas de las semanas de contagio. Habrá periodos en que estos subirán… otros en los que bajarán. La reapertura debe continuar; aunque esta se circunscriba a distritos o hasta barriadas. Debemos atacar la pandemia en todos los frentes; esto nos dará, sino una imposible victoria definitiva, sí, poco a poco, el reestablecimiento de nuestras vidas en un status quo ante bellum.
EZRA HOMSANY
22 DE JUNIO 2020