21 sep 2017 – 12:00 AM
TEMAS: Xi Jinping transporte
Leemos en las noticias que el canciller chino Xi Jinping realizó una visita de dos días a Panamá. En esta planteó el interés de construir un tren ligero que viajaría desde la ciudad de Panamá hasta la frontera con Costa Rica. También se negociaron sendos acuerdos en las áreas diplomática, turística y comercial. Con el canciller también viajó el ministro de Aviación para realizar un acuerdo de transporte aéreo entre China y Panamá. Vale la pena recordar que este país es el mayor exportador a la Zona Libre de Colón y es el segundo mayor usuario del Canal. El canciller Xi afirmó, para despejar las dudas (de Estados Unidos, creo) que estos proyectos no formaban parte de una penetración geopolítica, sino de una dimensión comercial.
El presidente Xi Jinping presidió, hace unos meses, con bastante entusiasmo, una conferencia a la cual asistieron 29 líderes y 100 representantes de diversos países. En esta propuso una nueva ruta para agrandar la histórica Ruta de la Seda con el lema “Un cinturón y un camino”. Vale la pena recordar que por miles de años existió una Ruta de la Seda por la cual transitaban mercancías desde China, pasando por Asia, África y Europa, hasta llegar al Mediterráneo. Para este proyecto, Xi creó el Banco Asiático de Inversión y lo capitalizó con 100 billones de dólares.
Uno se pregunta ¿es todo esto una manifestación altruista de China en la que se enfatiza el intercambio de productos y el trafico indiscriminado de personas? Algunos expertos analizan que esta expansión es vital para China. Al ver su mercado interno saturado, y su área en el mar del sur limitado por Estados Unidos, Filipinas e Indonesia, no le queda más remedio que mirar hasta la masa territorial de Asia, Europa y África. China ya ha invertido más de 40 billones en Pakistán y construido un tren que va entre Mombasa y Nairobi en Kenia. Pero los economistas de estos países ahora se preguntan cómo se van a pagar todos estos proyectos. Y es que China facilita los dineros en calidad de préstamo, pero para cobrar a largo plazo.
Sea como sea, China aspira a convertirse en una superpotencia. Pero para ello se ha extendido a hemisferios que, históricamente, pertenecen a otros poderes. Desde la Doctrina Monroe, Suramérica es parte de la zona de influencia de Estados Unidos. Panamá siempre ha tenido una relación especial con la potencia norteamericana. Pienso que sería un error que nuestros gobernantes no tomen en consideración este hecho.
EZRA HOMSANY
El autor es empresario